Muchas veces me pregunto para quién estoy escribiendo, cuando escribo el guión de una película, una serie, una pieza web o la forma audiovisual que sea. ¿Para un Script Doctor? ¿Para los espectadores? ¿Para un equipo de rodaje? ¿Para nadie?

Lo primero que tenemos que pensar es que el guión no es “la obra”, es parte de ella. Vamos a pelearnos con varios si decimos que es “la parte fundamental”, así que digamos que es “una de las partes fundamentales”. Aunque todos sepamos la verdad…

El guión es en realidad una herramienta técnica para que el equipo pueda llevar todas esas palabras que transmiten imágenes hacia una puesta en escena capaz de construir, plano a plano, una historia que provoque ideas y, sobre todo, emociones.

A veces se escribe en soledad, y en esos casos es bueno compartir el material para tener miradas críticas. La escritura colectiva es una gran experiencia también. A veces se da con guionistas en una mesa y uno se lleva la tarea a casa para bajarla, ese fue mi caso en “Los que vuelven”. Otras veces, se convierte casi en un cadáver exquisito, como hacíamos con Pablo Parés en “100 % Lucha: El Amo de los Clones”.

“Adaptation”, escrita por Charlie Kaufman, quizás sea una de las películas que mejor transmite las dudas, el amor-odio con las estructuras y reglas clásicas, el sufrimiento y la pasión por esta actividad que parece tan solitaria. Aunque también se encarga de mostrar que siempre se resuelve en equipo, escuchando otras voces.