Los recursos narrativos son temas de los que hablamos quienes estamos del otro lado de la pantalla. No es habitual que el público comente puntos de giros, puntos medios, catalizadores, ni clímax. Pero cuando una película tiene un buen twist (o giro) final, es lo que va a dejarlo enganchado y va a comentar después.
Hay películas que han construido su identidad alrededor del twist final. Son las que durante todo el relato nos llevan en una dirección, haciéndonos suponer, adivinar, confirmar o contradecir nuestras hipótesis… pero al final… un dato nos resignifica absolutamente todo lo que hemos visto. Ese shock es inolvidable.
Dicen que el famoso “Bruce Willis está muerto” de “The Sixth Sense” fue plagiado de una película que aún no había filmado Alejandro Amenábar, y que años después estrenó con el título de “The others”. Otro gran ejemplo de aquellos años es el giro final de “The Usual Suspects”, obra maestra.
En “Soy tóxico” usé el giro final por primera vez. No voy a revelarlo por obvios motivos, pero sí voy a decir que no es algo sencillo de hacer. Conviene hacer un detallado entramado de datos y acciones que lleven a la revelación. Y también dar a leer el guión para tener opiniones “más objetivas” (si eso es posible) que la nuestra.