“Dr. Loomis, seré franco con usted. Leí su libro. Sé quién es usted, y no me agrada. Y le diré más claro. Creo que aprovechó toda esa sangre y creó un monstruo para su libro porque los monstruos venden”.

Halloween (2007) de Rob Zombie


Remakes, secuelas, reboots: siempre se polemiza la experiencia. ¿Están hechas solamente como producto? ¿Para qué están? ¿Es posible hacer una remake que amplíe el universo original?

No es fácil ver una nueva versión sin comparar, pero más difícil que verla, es escribir una segunda parte o una remake (incluso cuando pensamos una secuela o remake de una película propia). ¿Cómo se encara la continuación de un universo que ya funcionó sin hacerlo naufragar?

Durante el Seminario de Guión de Cine Terror que estoy dando en Función Privada, salió la idea de ver la Halloween (1978) original de John Carpenter y la Halloween (2007) de Rob Zombie para compararlas y pensar qué propone cada una en relación al género. Surgió una charla muy interesante que me dejó pensando bastante y me dieron ganas de compartirlo acá. 

Rob Zombie decide rehacer un clásico lleno de secuelas, tomando el riesgo de contarlo de nuevo, pero a su manera. Logra algo muy difícil: hacer una película personal, al mismo tiempo de resignificar la original, sin negarla ni despreciar su condición de clásico. 

Vamos a hacer un Halloween vs. Halloween, Carpenter vs. Zombie, aunque (spoiler alert) terminemos lejos de enfrentarlas.

De más está decir que ver Halloween (1978) y Halloween (2007) no es únicamente necesario para leer lo que sigue, sino principalmente para entender un poco más a la humanidad.


La historia de Carpenter vs. la historia de Zombie.

Dos elementos surgen inmediatamente de la comparación de ambas películas. Una es propia de los elementos propios de las historias. La otra es de representación.

En primer lugar, está el personaje de Laurie (protagonista) y su relación con Michael Myers (antagonista ¿y co protagonista?). En la Halloween original el porqué de la elección de ella como objetivo de Michael es pura acción y símbolo carpentereano: Laurie es la única que cumple su rol (la acción que la define en la historia: cuidar niños) y por eso es la que más va a durar, no es tanto una decisión de Myers como una capacidad de Laurie (ver más abajo El protagonismo en Carpenter vs. El protagonismo en Zombie).
El conflicto es simple: La historia de Carpenter es la de una chica que huye de un asesino para salvar su vida.

Rob Zombie toma un elemento introducido por Carpenter y Debra Hill (co guionista y productora) en Halloween II (1981)Carpenter dice odiar ese guion, que no dirigió, pero allí dejan un dato que al oírlo en boca del psiquiatra Loomis nos deja con ganas de más desarrollo: Laurie es adoptada y su apellido original es Myers. Laurie es hermana de Michael. Zombie toma este dato y hace justicia, convirtiéndolo en el eje fundamental de su versión.

El conflicto es complejo: La historia de Zombie es la de dos hermanos. Él es asesino y quiere comunicarse con ella. Ella huye porque no le entiende.


Psicosis y slasher en Carpenter vs. Psicosis y slasher en Zombie

La psicosis como patología y Psicosis (1960) como cita. 

Ambos Michael Myers son psicóticos y ambas Halloween citan a Psicosis de Hitchcock. Pero cada una a su modo.

Carpenter y Debra Hill toman la idea del miedo al desdoblamiento que genera la locura y convierten a aquel Norman Bates en un ser deshumanizado y sin rostro llamado Michael Myers. Parten de aquella casa y de aquel hotel que devoraban gente, para traemos al nuevo hijo de una casa y un psiquiátrico que no cumplen su función de alojar y sanar. Carpenter termina de fundar el slasher partiendo de aquel clásico y nos deja una clave para que la cacemos: las actrices protagonistas de una y otra película son madre e hija. 

Rob Zombie también vuelve a Psicosis, aunque sin dejar de redoblar la apuesta. Utiliza su estructura narrativa, pero al revés. Nos plantea una primera mitad conociendo al asesino y una segunda mitad a la víctima. Y resuelve también con la muerte, pero esta vez no será el asesino el que mate y no será la víctima la que muera. Zombie está jugando a varias puntas, plantea una historia compleja por un lado, un sub relato simbólico por otro y rompe además con un replanteo del subgénero slasher. Zombie viene a romper todo y a hacerlo bien.

Dejo un rápido repaso por el slasher y sus amigos, los subgéneros del Terror:


Lo siniestro en Carpenter vs. lo siniestro en Zombie

Carpenter desarrolla en Halloween los tópicos que se harían clásicos (lo pensamos en la entrega sobre Las claves del Terror), para poner en escena los siniestro (lo pensamos en la entrega sobre Lo siniestro). Halloween se convierte en canon de cómo articular lo familiar que se hace ajeno. 

Zombie invierte aquella inversión temática, porque al rescatar aquella idea perdida que devela a Laurie como una Myers que ha sido adoptada, da vuelta la ecuación y muestra lo que pasa cuando “lo ajeno se hace familiar”. Laurie no puede comprenderlo, “No entiendo” le dice, cuando Michael le muestra la foto de ambos. Los espectadores tampoco entendemos. Ya sabemos que ambos son hermanos, pero Zombie no nos confunde desde la historia, sino desde otro aspecto: veníamos creyendo que el terror era una cosa, y ahora nos revela que puede ser todo lo contrario. Que lo ajeno se nos revele como familiar se descubre como una nueva manera de lo siniestro. Emerge otra sensación diferente al miedo que conocíamos, una más brutal, que nos desespera y nos deja gritando como Laurie al final de Halloween (2007).


El Monstruo en Carpenter vs. El Monstruo en Zombie

Frankenstein es rescatado por Zombie al modo de esas grandes obras que lo hacen sin explicitarlo (como First Blood, 1982, también conocida como Rambo 1). El Michael Myers de 2007 es un monstruo enorme y bruto como el de Mary Shelley, pero también es humanizado como aquél. A diferencia del Myers de 1978, que es la imagen misma de la deshumanización, tres décadas después Zombie nos lleva a conocer y a comprender la encarnación del Mal. Pero no es perverso, porque tampoco es que queremos que se salga con la suya, simplemente nos arroja a la humana contradicción de entender lo que no hubiéramos querido entender. El conocimiento del Mal en Rob Zombie es, como decía arriba, más bien una familiarización de lo ajeno. Esa familia freak, desplazada y salvaje que atraviesa toda su obra, encuentra una nueva versión aquí, apropiándose de un apellido clásico: Myers.


Lo que viene a contar Carpenter vs. lo que viene a contar Zombie

Para Carpenter, el Mal amenaza siempre, porque es invencible. Es el concepto maniqueo que rige toda su obra, el que nos brinda esos finales abiertos y únicos, en los que el mal jamás termina de ser derrotado.

Para Zombie, más que algo que amenaza siempre, el Mal está siempre, es parte fundante nuestra. El Mal es tu familia, sos parte de él y es parte tuya.

En 1978, Michael Myers es acribillado a balazos y, luego de caer desde la planta alta de la casa, desaparece. En 2007, Michael Myers embiste a Laurie, quien él y nosotros sabemos que es su hermana, para caer juntos desde la planta alta y llevarla a hacer lo que ahora entendemos que Micheael vino a buscar: que ella apunte a su cabeza y dispare. 

Laurie grita desencajada, como si hubiera descubierto que lleva la sangre Myers y entendiera que su hermano vino a comunicárselo: sos esto, sos la muerte, ahora que me asesinaste lo sabés. Ahora somos iguales.


El protagonismo en Carpenter vs. el protagonismo en Zombie

Carpenter propone a Laurie como sobreviviente y única heroína basándose en la acción: en lo que ella hace y la define. Laurie cuida a los niños. Pero nadie más allí cumple su rol en el film. La amiga, que también debe cuidar a una niña, la deja con Laurie y se va de joda. El policía no resuelve nada. El psiquiatra anda armado porque piensa que la única manera de curar a su paciente es matándolo. Todo se ha invertido. Excepto Laurie. Ella es la única que mantiene una línea que recuerda al cosmos mientras el caos avanza. Es por eso que puede enfrentarlo y sobrevivir. Es el poder del oficio, esa cualidad humana para la supervivencia.

Zombie viene a romper la estructura (como pensamos antes en relación a Psicosis), y le da un valor protagónico al asesino, quien tiene el “oficio” de matar. O sea, la inversión del sentido del oficio. Y como Myers sólo sabe asesinar, se acerca a su hermana asesinando. Se comunica con ella matando y la conduce a matarlo a él, en su último acto de amor. Porque el Myers de Zombie ama matando.


Lo que enseñó Carpenter ¿vs.? lo que aprendió Zombie

Cuando Carpenter hizo The Thing, dio vuelta el concepto de fuera de campo (lo pensamos en la entrega sobre Lo que no se ve), partió de la idea Lovecraftiana de lo inexplicable y nos puso en la piel de los narradores de sus novelas: no podríamos describir el horror que vimos en la pantalla. Carpenter hizo eso realizando una remake de su mentor Howard Hawks: The Thing From Another World (1951), basada en el relato Who goes there? de John W. Campbell. Tomó las obras de sus maestros y creció sobre ellas.

Rob Zombie hizo una doble remake: volvió a contar Halloween, pero utilizando el concepto de remake de The Thing. Lo que Carpenter había hecho con el fuera de campo, Zombie lo hace con el concepto de lo siniestro.

Rob Zombie contó la historia a su manera. No dejó de hacer Halloween, pero tampoco dejó de contar sus temas y sus miedos. Así fue que nos mostró que hacer una remake no se trata de imitar ni la forma, ni el contenido, ni el método. A él le bastó con tomar de su maestro una sola enseñanza: las cosas deben hacerse como uno sabe hacerlas. Así sobrevivió Laurie en Halloween (1978) y así filmó Rob Zombie Halloween (2007).


El oficio define a los personajes y también a las personas. El de quienes escribimos películas se basa en darle forma de imágenes a los sentimientos, para dejarlos guardados en un guion. Escribir se trata en gran parte de encontrarnos a nosotros mismos en cada historia que escribimos. Es una experiencia similar a la de ver una película, pero creándola. Si vamos a encarar una reversión, hagámosle caso a Zombie, que le hizo caso a Carpenter: sigamos lo que sentimos.


Este texto fue escrito originalmente para la entrega Nro. 04 de mi (anti)newsletter ESCRIBE MONSTRUO ESCRIBE. Si querés recibir de manera random contenidos originales sobre guion de cine fantástico, podés suscribirte cuando quieras.

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