No. 
Bah, depende.
Si.
O todo lo contrario.

Si hay tantas verdades como perspectivas, o la verdad es la mentira más eficiente, como propuso Nietzsche, entonces escribir ficción es una mentira bastante eficiente porque es la construcción de una perspectiva (una mirada particular sobre el mundo).

Es eso si nos enroscamos en la vuelta filosófica, pero como nuestro trabajo es más bien que toda la parafernalia intelectual esté al servicio de las emociones, la cuestión de la verdad y la mentira ya juega otro partido.

Muchos actores sostienen que su trabajo es embaucar, o sea: hacernos creer que les sucede algo que no les sucede. “Besan a una mujer que no aman”, decía Ricardo Iorio. ¿Pero si a nosotros nos está conmoviendo, no es verdadero ese sentimiento? Entonces, ¿están mintiendo o están construyendo una verdad?

Exactamente el mismo proceso podríamos aplicar a una escena escrita. ¿No existen los personajes y todo lo que hacen en una película? Para mí, Rocky existe. Me ha conmovido más que muchas personas de carne y hueso. ¿Se puede decir que Rocky es una mentira? Porque lo que nos provoca es verdadero y él es la construcción ficticia de una perspectiva sobre el mundo. Entonces, el hecho de ser una ficción no lo convierte en una mentira. Más bien es todo lo contrario.

La verdad (o la mentira más eficiente, como quieran) es que quienes nos dedicamos a la ficción (el documental también lo es) solamente mentimos si contamos algo que no sentimos ni pensamos. Si ponemos todos nuestros cañones apuntando a ser lo más sinceros y lo más intelectualmente honestos posible, jamás estaremos mintiendo. 

La ficción no miente, la mentira es más bien un activo de lo que llaman “mundo real”.

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