Toda historia es autobiográfica. No hay forma de no hablar de uno mismo. Ni siquiera contando una historia de alguien de otro género, en otra época, de otra especie, en otra galaxia. Básicamente, porque no podemos escapar de nosotros mismos, aunque lo intentemos. En cada cosa que escribimos, dejamos algo de lo que pensamos y de lo que sentimos. 

Ojo, no confundir con esa idea de que para hablar de una experiencia particular hay que haber vivido algo similar. No. Eso es falso. Por un lado, podríamos haber vivido algo que nos pegó de forma tal que no nos permitimos profundizar en el tema o en la emoción necesaria; por otro, si tenemos que escribir sobre algo que no experimentamos, para eso está la imaginación. Pero esa imaginación está basada, ordenada y disparada, indefectiblemente, por nuestra experiencia de vida. Y también por nuestra opinión sobre esa experiencia.

Tampoco hace falta que un protagonista tenga nuestro nombre o se parezca a nosotros en sus características físicas, vocacionales o de personalidad. Para que un protagonista represente nuestra ética, basta con que lo escribamos nosotros. Porque para crearlo partimos de nuestra observación del mundo, y su derrotero estará expresando lo que percibimos como positivo o negativo del mundo (el que rodea al personaje, que es representación del que nos rodea a nosotros).

Entonces, ¿cómo no vamos a reflejar nuestra historia en las que escribimos, si no hemos vivido otra? 

A lo mejor la psiquiatría o el psicoanálisis tengan respuestas para casos de escritores que no vuelcan sus vidas en sus textos. Los que no hemos sido diagnosticados (al menos por ahora), escribamos o no sobre experiencias vividas específicas, siempre lo hacemos sobre nosotros mismos, partiendo de nuestras ideas y miradas.

No hay que tener miedo a hacernos transparentes para nuestras historias. Nadie va a saber qué ha sucedido en nuestra vida y qué no, de hecho probablemente nadie se lo pregunte. Pero lo que sí va a ser seguro, es que si tiene mucho de nosotros, la historia va a ser sincera. Y eso, es de lo más difícil de encontrar.


Suscribite a ESCRIBE MONSTRUO ESCRIBE Guion de Cine Fantástico – Newsletter


¿Querés sumarte a mis workshops y seminarios?


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *