Si, otro posteo sobre S. Craig Zahler.
Sucede que volví a ver Brawl in Cell Block 99.
Y volví a llorar.
Si el cine es emoción construida a partir de la acción en imagen, ESTA PELÍCULA ES EL CINE.
Es una verdadera historia de amor narrada por medio de la fuerza física. S. Craig Zahler propone un personaje con una enorme inteligencia práctica, una inteligencia para la acción, y una acción para los sentimientos. “Solo el amor puede sostener” cantaba Luis Alberto Spinetta, y eso mismo va a demostrar Bradley Thomas, el protagonista. Pero su poesía no va a ser la de las palabras, aunque sus respuestas sean como dardos líricos. Nada de “con la pluma, con la espada y la palabra”, aquí será “con los puños, con los puños y los puños”.
Se podría trazar un mapa emocional a partir de sus acciones (la expresión de sus ojos son acciones aquí también). Tranquilidad, bronca, tristeza, esperanza, felicidad, duda, orgullo, resignación, desesperación, odio, furia y, finalmente, amor. Todo eso pasa desde el corazón hacia los puños de Bradley.
Al primer “te amo” que oímos de ella, cuando él fue preso, él responde con un guiño de ojo. Antes ella le había prometido no volver a cometer “ese error” que cometió. Él respondió con un “lo sé”. Ahora, con el guiño cerrará la escena evidenciando la cita a Han Solo. Pero dentro de unos días, cuando ella le vuelva a decir “te amo”, luego de haber atravesado la oscuridad, la mierda y la violencia de los peores agujeros de las peores cárceles, él va a responder: “Yo también te amo”.
Los hombres rudos del cine también cambian.
Cuando Bradley se vea con la cabeza en el suelo, traicionado, en las condiciones en las que cualquiera se sentiría vencido y con una esperanza de vida de diez minutos, él escupirá: “Voy a arrancarte la cabeza”. Y va a cumplir, para salvar a su compañera y a su “koala”, porque nada más importa en su mundo.
Quizás nunca haya sido ni vaya a ser retratada con tanta profundidad y simpleza simultáneas la paternidad en el cine. Voy a volver a ver esta película y voy a volver a llorar, lo sé, sorprendido de nuevo (y a la vez no sorprendido) de hacerlo en medio de tanta fuerza bruta.
Si aún no la vieron, veanla. Van a agradecer ser contemporáneos a la obra de S. Craig Zahler.