Es muy importante no confundir lo que se llama “final abierto” con un conflicto sin resolver.
Una historia es, concretamente el desarrollo de un conflicto (al menos para occidentales, aunque cada vez es más es una definición universal). Cuando empezamos a contar una historia, estamos prometiendo algo, si no lo hacemos, digamos chau a los espectadores temprano. Y si no cumplimos con lo que prometimos, digamos chau a los espectadores para nuestra próxima película.
Pensemos como espectadores. Empezamos a ver una película y se presenta algo que nos interesa saber cómo va a finalizar: ¿El Terminator va matar a Sarah Connor? ¿Van a terminar juntos Harry y Sally? ¿Barbie encontrará con Ken la felicidad en el mundo real?
Bien, si Sarah no vence al Terminator, pero tampoco él a ella; si Harry se va con otra sin siquiera intentarlo con Sally; o si Barbie no hace nada por volver a Barbieland ni tampoco por quedarse en el mundo real… ¿Qué historias estaríamos viendo? Partiendo de la premisa de más arriba, ninguna. Por ende, ¿qué nos pasaría como público?
Nos aburriríamos.
Aclarado esto, sigamos.
Volvemos a nuestro rol de guionistas. Si al comienzo de la historia hicimos una promesa, no cumplirla sería una estafa narrativa. Ojo, puede ser una decisión la de dejar al espectador con la incomodidad de no saber qué pasó con ESO QUE LE ESTUVIMOS CONSTRYUENDO DURANTE UNA HORA Y MEDIA O MÁS.
Perdón, no constrolo el volumen de mi voz.
Si no es nuestra intención angustiar a los espectadores y queremos que vuelvan a ver una película nuestra, entonces, deberíamos cumplir con nuestra promesa y resolver el conflicto (que Sarah mate al Terminator; que Harry termine con Sally; que Barbie encuentre la felicidad en un equilibrio entre Barbieland y el mundo real). Pero si no resolvermos el conflicto porque queremos tener un final abierto… estamos haciendo todo mal.
Un final abierto es una puerta que se abre (o que no se termina de cerrar) cuando el conflicto ya se resolvió. Se deja la posibilidad de un nuevo conflicto.
Dos de mis finales abiertos favoritos son el de Halloween (Laurie se salva pero Michael Myers desapareció) y Eternal sunshine of the spotless mind (Eterno resplandor d euna mente sin recuerdos) (Joel y Clementine se reencuentran y se enteran de que se han borrado de sus mentes, pero saben que han estado enamorados y que lo están nuevamente).
Un final abierto no es un final posible para cualquier historia, tiene que tener que ver con lo que estamos contando. En Halloween, el Mal es invencible. En Eterno resplandor…, el amor es imborrable. Ambos finales abiertos están para decir algo, no están ahí porque sí.
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