Hablar de algo.
¿?
Cuando a Carpenter le preguntaron por el mensaje de Halloween (1978) dijo que no tenía ninguno.
Cuando Hitchcock hablaba de Psicosis (Psycho, 1960) expresaba que simplemente se limitó a causar un efecto. También decía que sus películas eran, en contraposición a trozos de vida, trozos de pastel.
¿Son respuestas snobs? ¿Esconden una verdad? ¿Están también “diciendo algo” al decir que “no dicen nada”? ¿Es pretencioso pensar que hay que decir algo? ¿Es snob decir que no?
Empecemos por decir que el cine no está hecho para decir cosas. No es un blog, ni periodismo, ni literatura. Está hecho para mostrar. O, mejor dicho, en rigor, para mostrar cosas que nos hagan imaginar lo que no se está mostrando. En consecuencia, si cambiamos decir por mostrar, podríamos preguntarnos si en el cine es preciso mostrar algo que exprese alguna máxima, alguna supuesta verdad universal, personal, o lo que sea.
Vamos a decir que sí y que no.
Que sí, porque una expresión no es tal cosa si no está expresando nada.
Que no, porque forzar un mensaje puede hacer de nuestra obra algo mortal.
Entonces, ¿qué hacemos?
Escribimos.
Si empezamos a escribir con un “mensaje” que queremos expresar, está bueno dejar que la propia historia nos lleve a puertos inesperados. A veces, eso que pensábamos que queríamos decir, se transforma, porque nos vemos transformados nosotros mismos durante el proceso. Pero para eso hay que estar receptivo con nuestra propia creación, abiertos a los cambios que suceden.
Si empezamos sin un carajo de idea de “lo que queremos decir”, también será necesario que nos dejemos llevar. Seguramente, sin proponérnoslo, descubramos ideas y miradas del mundo que no sabíamos que teníamos.
Pero en ambos casos, es necesario tener siempre en cuenta que una película es un espacio de lenguaje metafórico, y por lo tanto todo lo que pongamos allí será completado por el espectador. Si no permitimos ese juego, si ponemos ahí al frente “lo que queremos decir” sin misterio, sin una invitación a imaginar nada, estamos fritos. De nuevo: para decir cosas, no hagamos cine. Escribamos en otro formato, en otra disciplina.
Entonces, ¿Carpenter y Hitchcock mienten o dicen la verdad?
Ninguna de las dos cosas. Sus respuestas son enigmas. Nos invitan a que lo descubramos nosotros, porque sus respuestas no hacen otra cosa que extender lo ya han hecho con sus films. Si ellos hablaran de “lo que querían decir”, romperían la relación entre la obra y el espectador. No serían los maestros que son, no nos formarían como lo hacen. Básicamente, no estarían haciendo cine.
¿Querés sumarte a mis workshops y seminarios?